miércoles, 29 de mayo de 2013

Programa #22

Abril nos recibió con uno de los temporales mas trágicos de los que haya memoria. Mientras nos preparamos para conmemorar un nuevo 2 de Abril, y discutir la importancia de Malvinas, llegan noticias desde La Plata, donde el impacto de las lluvias se magnifica. Discutimos todo esto, como siempre, con el lente de la política



EDITORIAL: De acciones e inacciones
Nos preguntábamos ayer: ¿Que tan distinta puede ser concebida la política, no? Y que tan distinta también puede ser llevada a cabo en términos concretos, materiales, es decir, en materia de acción y de gestión, sobre todo de gestión pública, en la cual se encuentra involucrado, inevitablemente, el Estado. Es cierto, en medio de todo eso está la cuestión ideológica. La concepción y cosmovisión de ese Estado es lo que produce la extrema diferencia de acción/gestión.

Ayer fue 2 de abril. Pensar el tema Malvinas no puede ser escindido de la cuestión de pensar la dictadura militar. Fueron los mismos militares que en conjunto a un sector civil desaparecieron 30.000 argentinos, los que ni intentaron desplegar una estrategia político-militar eficaz en la Guerra de Malvinas dejando al azar muchas circunstancias y muchas vidas argentinas también. Varias hipótesis históricas marcan los errores políticos, diplomáticos y militares, que no sólo condujeron a la derrota bélica sino que desembocaron en un retroceso de años en relación a la lucha y el reclamo argentino de soberanía.

En la historia muy reciente, la de esta última década, podemos vivir y pensar el tema Malvinas como actual, permanente y vivo. Por suerte, el reclamo argentino de soberanía recupero posiciones, se tomaron decisiones de Estado y se pudo avanzar hasta entender con memoria que es necesario honrar a nuestros muertos, a esos que lucharon allí por la Patria. “Los combatientes de Malvinas jamás volverán a ser olvidados”, dijo ayer Cristina. Esto demuestra una clara síntesis de convicción ideológica y voluntad política encarnada en políticas de Estado y visualizadas a través de acciones concretas.

En el extremo opuesto, está hoy la Ciudad de Buenos Aires. El temporalazo sufrido ayer dejó un saldo de 6 muertos y una clara evidencia de la terrible inacción característica de la gestión Pro. Si bien hay cuestiones climáticas que exceden a la acción política, es claro que la falta de previsión y de anticipación, y la ausencia de respuestas posterior al desastre, son propias de la concepción del hacer público que tiene Mauricio Macri.

Permitámonos hacer un pequeño juego de las diferencias: El gobierno nacional, desde el Ministerio de Planificación Federal, habilitó hasta los celulares de un equipo de funcionarios para que se comuniquen los damnificados. Para la Ciudad el 103  o el 107 alcanza y sobra. Sí, alcanza y sobra para que las líneas se bloqueen, no te puedas comunicar y/o nadie te atienda. Igualmente, para Mauricio, la culpa es, otra vez, del Gobierno Nacional, que no lo deja hacer  las obras.

Tristemente hoy la tragedia se agranda con lo sucedido en La Plata. Y otra vez, observamos las diferencias, que después de ver a Cristina caminando por la ciudad de las diagonales, no tenemos dudas que la distancia entre ella y la gestión Pro, no es solo política e ideológica sino también, lo que los diferencia es la visión y concepción de lo humano y de lo humanitario.

Como decía un viejo sabio: Mejor que decir es hacer, mejor que hacer es realizar.
La historia, la memoria, y la actualidad nos demuestran quien es quien y que hace qué.

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