#8N Caceroludeando
¡Qué lindo país muchachada! ..Cuanto agite, cuanta movida, tanto preparativo del “8N” y que el día ha llegado, y ha pasado también… Cuanta participación y espontaneidad (¿?), cuanta democracia, y cuanta libertad de expresión valga la posible contradicción con algunos de los reclamos planteados por sus participes.
¿Acá lo están viendo no? A estas imágenes les sobran las palabras. 8N, lo denominaron. Ya desde el nombre elegido se observa la matriz colonizada de quienes fueron sus espontaneaos organizadores, sus arengadores no participes y todo el conjunto de individuos que utilizó el obelisco de locación para llevar adelante esta gran y multitudinaria terapia grupal. Capaz la Plaza de Mayo tiene una carga política y simbólica que muchos de ellos, autodenominados apolíticos, no toleran.
Tanta gente diciendo tantas cosas que al final no dicen nada. Fueron miles de reclamos subjetivos, no dicen que es lo que quieren con exactitud. Fueron un cúmulo de demandas individuales y aisladas conformando una heterogeneidad de reclamos expresados y emanados de manera violenta, agresiva, despectiva. Menos todavía, dicen qué y cómo se podrían conformar, a través de que políticas, o nuevos derechos. Así los reclamos o disconformidades se agotan en sí mismos, sobre todo y también, cuando tanta gente sufre una ausencia de identificación y representación política que pueda materializarse en una figura/persona. Tanto dicen pero lo que no dicen es lo que sienten y piensan, desde lo más profundo de su ser, con transparencia y sinceridad. Pero, despreocúpense que desde sus cartelitos, cartulinas, y el cotillón que han llevado, vayamos a saber quien lo ha comprado, es posible leer que odian a Cristina porque desprecian profundamente los gobiernos que gestionan para las mayorías, que generan políticas inclusivas, que permite una vida digna a sectores de la sociedad que nunca antes no la habían tenido. Odian el país para todos y todas…
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