Programa #27

No se pudo grabar el programón que hicimos con nuestro sociólogo de cabecera Maxi Ledesma, donde hablamos del blanqueo, del BAADE, del CEDIN, de la vida vista con ojos blue y esa clásica pregunta de: ¿qué hacen las clases dominantes cuándo dominan? ¿y si sienten que están perdiendo cancha? Va la editorial.

EDITORIAL: Saber sumar y restar
8/Mayo

Días de varieté y mucha política, como estamos acostumbrados ya después de una década. Hoy nos toca pensarla un poco desde la economía. Como bien sabemos, ésta no es una ciencia exacta. Es una ciencia social. La pretensión de decidir, definir, y orientar el rumbo de un país como si fuera una fórmula matemática resultados meramente cuantitativos y exactos y sin corresponderle a ello una determinante línea y definición política, no es más que una falacia que utilizan algunos economistas muy liberales, y un tanto mediáticos, para apropiarse de ese saber, mal difundirlo y hasta, también y porque no, confundirnos a las mayorías que no somos como chanchos con la economía.

Los actores importantes del sector, entre ellas se comprende a las grandes empresas y los grandes grupos, juegan en el tablero del ajedrez económico, obviamente, en defensa de sus propios intereses, buscando ganar mucho y apostar poco. Esto demuestra en ellos una visión cortoplacista. Así a cualquiera le gusta jugar.

Sin embargo, esto no es lo peor. Lo más grave de todo esto es que el empresariado nacional (vale decir que cuentan con muy poca conciencia de lo nacional), está muy preparado para recibir de parte del Estado (y porque no, del país) pero muy inmaduro para dar. Patalean apenas no les gustan ciertas medidas de determinado gobierno y despliegan fuertes presiones sobre él. Imposible no decir que esto no es característica sólo del sector empresario industrial sino también y más duramente, del sector financiero, al cual, por lo general entendemos acompañado del adjetivo “especulativo”, y los productores agropecuarios, tan amantes de la primarización de la economía.

El ejemplo más claro es la puja por precio del dólar ilegal, blue, paralelo, negro. Además, la no liquidación/venta de la cosecha que se produce en el agro, la presión para devaluar y bajar los costos de los salarios de los trabajadores/operarios, en dólares y buscar con esto una maximización de sus propios beneficios y acrecentar sus réditos.

Detrás del discurso instalado, por la oposición al Kirchnerismo (política y mediática) de la inflación en la Argentina, la suba permanente del dólar y la presión devaluatoria, se esconden sus intenciones detener otra Argentina. Una que le gusta a ellos. La que ya vivimos. La que ya sufrimos. Nosotros volvemos a decir, apelamos a la memoria, no olvidamos el dolor en el cuerpo de la falta y anulación de derechos que genera  ese modelo económico neoliberal que desean que regrese. Que se sinceren. Que lo digan. Fortalezcan la democracia y la república, y así que todos podamos elegir a nuestros sinceros representantes.